Bibliografía 3 del trabajo
de campo.
Villena Ferrer
A, Téllez Lapeira JM, Ayuso Raya MC, Ponce García I, Morena Rayo S, Martínez
Ramírez M. Cinco preguntas claves en la gripe: una revisión de guías. Scielo.
2009; 2(8):695-1699.
Manejo del paciente adulto con gripe en urgencias
hospitalarias.
He
elegido este artículo de la revista cielo por contener una guía de cómo tratar
a aquellos pacientes adultos que acuden a los centros hospitalarios con gripe.
La
sociedad británica de la infección, establece en su guía un capitulo para el
manejo del paciente con gripe complicada. En primer lugar se realizara una
valoración inicial de la severidad del caso y se identificaran los factores de
riesgo, una vez realizado esto se procederá a manejar la complicación que presente
el paciente o la sospecha diagnostica por la que se ha derivado a urgencias. En
líneas generales, los motivos principales por los que un paciente adulto con
gripe puede precisar de atención hospitalaria suelen ser:
-
Complicaciones infecciosas del tracto inferior (Neumonía)
-
Complicaciones cardiacas
-
Descompensación de otras patologías de base como la diabetes
-
Sinusitis severa
En
general, las pruebas complementarias recomendadas inicialmente para la
valoración del adulto con sospecha de gripe complicada son entre otras:
Hemograma (Leucocitosis), urea, electrolitos, pruebas de función hepática,
creatín quinasa, gasometría arterial, radiografía de tórax, electrocardiograma…
Para
la valoración de una neumonía relacionada con la gripe en el medio hospitalario
puede ser útil utilizar la escala curb-65, aunque no sea una herramienta
validada para tal efecto, puede ayudar en la toma de decisiones sobre algunos
aspectos como ingreso o traslado a una unidad de cuidados intensivos. En este
sentido la sociedad británica recomienda el traslado a la UCI siguiendo los criterios habituales para
cualquier otra patología, aunque aconseja su valoración en aquellos pacientes
que presentan: neumonía viral primaria, hipoxia persistente (< 60 mmhg a
pesar de administrar oxigeno), hipercapnia progresiva, acidosis severa (pH<
7,2) y shock séptico.
Si
la permanencia del paciente se prolonga es recomendable monitorizar la
frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, presión arterial, temperatura,
saturación de oxigeno y estado mental al menos cada 12 horas, teniendo en
cuenta que este periodo debe acortarse en función del estado de gravedad del
paciente.