Cuestiones más relevantes en el preoperatorio y
postoperatorio del anciano.
El
objetivo en el tratamiento de los ancianos es ofrecerles la mejor calidad de
vida posible, a pesar de que representan un desafío quirúrgico debido a la
comorbilidad asociada y a la reserva cardiopulmonar disminuida.
También
se ha demostrado que se incrementa la estancia postoperatoria proporcionalmente
a la edad del paciente y esto ocurre por una mayor duración del procedimiento,
por procesos agudos de repetición que dificultan la intervención y un mayor índice
de enfermedad coronaria isquémica.
- Evaluación
preoperatoria
Existe alta incidencia de enfermedades
asociadas en pacientes de edad avanzada. La mitad de los pacientes son
portadores de enfermedad coronaria (20% arritmias cardiacas y 10% insuficiencia
cardíaca).
La clasificación ASA preoperatoria en los
pacientes mayores de 65 años es mayor que en los jóvenes por eso es necesaria
una correcta valoración preanestésica del riesgo cardiovascular y una adecuada
monitorización durante la intervención para la detección y el tratamiento de
las posibles complicaciones hemodinámicas asociadas al procedimiento.
Debe tenerse en cuenta que muchos pacientes ancianos
siguen un tratamiento antihipertensivo y cardiológico y existe cierta
controversia en cuanto a los diuréticos y los inhibidores del sistema
renina-angiotensina.
También debería tenerse en cuenta que existen
pacientes en tratamiento heparínico y dicumarínico por lo que presentan mayor riesgo de
hemorragia y hay que evaluar el estado de coagulación previo a la cirugía.
Por otro lado, los cambios fisiológicos de la
edad incrementan la probabilidad de alteraciones de la función renal durante la
cirugía, por ello existe riesgo elevado para cualquier causa de fallo renal
agudo, situación que está asociada a una mortalidad de más del 50%.
- Medidas
postoperatorias para prevención de complicaciones.
Las personas mayores tienen una estancia más
alargada debido a un mayor número de complicaciones con respecto a la población
general.
Una de las preocupaciones es la función
respiratoria y se ha demostrado que la CMI ofrece buenos resultados en
pacientes geriátricos por lo que puede recomendarse como tratamiento de
elección.
Otra complicación a tener en cuenta es el
edema agudo de pulmón que podría estar asociado a una excesiva fluidoterapia
preoperatoria por lo que es importante una correcta fluidoterapia
postoperatoria. También es importante mantener un volumen intravascular normal
y evitar la hipovolemia para así evitar un fallo renal agudo. Debemos prestar
atención al balance de sal y agua y a las dosis de los fármacos prescritos.
Como conclusión es importante apoyar un
abordaje mínimamente invasivo para poder prevenir estas complicaciones ya que
supone una menor agresión quirúrgica.