Neumonía en el senescente
Pino Repetto J. Neumonía en el senescente [en
línea] 1997 [fecha de acceso 10 de noviembre de 2012]; 1(1). Disponible en:
En
este apartado quiero centrarme en una de las complicaciones más importantes de
la gripe en el anciano, como es la
neumonía, ya que las infecciones del tracto respiratorio inferior son comunes
en ancianos llegando a tener una incidencia y requerimiento de hospitalización
de 4 a 6 veces mayor que en población de menor edad. También me parece
importante destacar la alta mortalidad que existe en mayores de 70 años que
puede alcanzar unas tasas de riesgo del 25-30%. Esta mayor incidencia de
hospitalización y el aumento de riesgo de mortalidad se pueden explicar
sabiendo que con la edad se producen cambios en la estructura del pulmón y en
consecuencia, la función respiratoria declina con la edad.
Algunos
de los cambios funcionales que se producen son la disminución de la capacidad
vital, del volumen espiratorio forzado en el primer segundo, la disminución
también de la ventilación máxima voluntaria y de los flujos espiratorios
máximos. En los ancianos, además, se modifica el control de la ventilación por
lo que se produce menor respuesta a afecciones respiratorias agudas o crónicas
y por lo tanto agravación de una insuficiencia respiratoria. Los mecanismos de
defensa pulmonar muestran deterioro con el paso del tiempo por lo que se
produce menor eficiencia en el reflejo tusígeno y disminución en el transporte
mucociliar, esto provocará que afecciones que en principio no son graves empeoren
debido a la falta de protección del propio organismo.
Me
gustaría destacar las manifestaciones clínicas que se dan en los ancianos: es
una enfermedad con un inicio insidioso, con deterioro del estado general,
fiebre baja o incluso ausente en algunos casos, letargia, anorexia y dolores
vagos. La tos es escasa e ineficiente y en ocasiones se presenta con dolor
torácico.
Por
último me gustaría nombrar algunos de los métodos de prevención que se pueden
llevar a cabo en ancianos entre los que se pueden destacar: la realización de
actividad física acorde a las posibilidades de la persona, vacuna de la gripe y
vacuna antineumocócica, evitar contagios de infecciones respiratorias virales y
lavado de manos.
